Para los lectores interesados de este sitio, ya no es un secreto que MINI presentará este año un nuevo diesel superior. Bajo la denominación MINI Cooper SD, a partir de marzo se podrá encargar para todas las variantes de carrocería un turbodiésel con una cilindrada de 2,0 litros. Producirá 143 CV y compartirá el aspecto con el motor superior de gasolina MINI Cooper S. El par máximo de 305 Newtonmetros está disponible entre 1.750 y 2.700 rpm y, por tanto, dentro de una ventana muy amplia para los motores diésel.
Ni que decir tiene que las prestaciones del motor diésel más débil de 41 CV son inferiores a las del Cooper S, pero el consumo es notablemente inferior: en el MINI Hatchback R56, el Cooper SD alcanza un consumo estándar de sólo 4,3 litros de gasóleo cada 100 kilómetros, lo que está por debajo de la marca de 120 gramos por kilómetro que es importante para calcular el impuesto sobre vehículos.
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En cuanto al precio, vemos un panorama similar al de los MINI Cooper y Cooper D: El diésel es ligeramente más caro que el modelo de gasolina comparable. En concreto, esto significa que todos los modelos Cooper SD cuestan exactamente 1.000 euros más que el Cooper S en la respectiva variante de carrocería. Aunque las prestaciones de conducción del Cooper y del Cooper D siguen siendo algo comparables, el Cooper SD cae bastante frente al Cooper S, lo que hace que el precio sea algo cuestionable.
Por el elevado precio, se obtiene un vehículo que, en el caso del hatchback, necesita sólo 8,1 segundos para el sprint estándar hasta 100 km/h y alcanza una velocidad máxima de 215 km/h – ambas cifras están relativamente lejos del Cooper S (7,0 segundos y 228 km/h), pero eso no puede sorprender a la vista de las cifras de prestaciones. Mientras que el Cooper S de 184 CV consume 5,8 litros (también muy bajo), el SD se permite sólo 4,3 litros de gasóleo.
Bajo el capó del Cooper SD también hay un motor que tiene más cilindrada que todas las demás variantes MINI disponibles de fábrica. El motor de 2,0 litros deriva del motor diésel N47 de BMW, pero ha sido modificado para su instalación transversal en la familia MINI. No obstante, estas modificaciones merecen la pena, suponiendo que el motor también pueda utilizarse en futuros modelos BMW con tracción delantera.
También en lo que respecta a MINI Smile, ya se puede decir que el MINI Cooper SD se puede asegurar en las mismas condiciones que el Cooper S: 49,99 euros al mes, independientemente de la bonificación personal sin siniestros y de la clase regional, una oferta que debería resultar especialmente atractiva para nuevos conductores y personas con una clase de bonificación sin siniestros elevada.
En la siguiente tabla hemos resumido todos los datos técnicos de las respectivas variantes del Cooper SD, porque, naturalmente, tanto las cifras de prestaciones como las de consumo difieren en función del estilo de carrocería y la variante de tracción deseados. Naturalmente, el MINI Cooper SD ALL4 Countryman sale peor parado en esta comparación, pero su consumo estándar de 4,9 litros de gasóleo a los 100 kilómetros también es bastante respetable.
Los modelos con el cambio automático de 6 velocidades y 1.540 euros pesan entre 15 y 25 kilogramos más y también tienen un consumo estándar alrededor de un litro superior al de los vehículos con cambio manual. En cuanto a las prestaciones de conducción, cabe esperar un deterioro de la autonomía de hasta dos décimas de segundo a velocidades de carretera nacional, y la velocidad máxima también es siempre ligeramente inferior.